sábado, 15 de octubre de 2011

CAPITULO 1: Piloto

El despertador sonó a la hora de siempre. No era mucho lo que recordaba. Había sido una noche extraña. Valentina había salido a la fiesta de cumpleaños de su amiga Fernanda, en su casa. Durante la fiesta sucedió lo de siempre: música, cigarrillos, los jotes de siempre ofreciendo drogas y tragos extraños. Valentina no había bebido mucho, y no probó ninguna de las drogas, pero el despertarse hoy sin recordar nada le daba una idea de lo que había sucedido. Ni siquiera recordaba cómo había llegado a su casa, ni cómo se había metido en la cama. Su mamá la iba a matar, ya que estaba durmiendo con ropa y zapatillas.

Se sentó sobre la cama e inmediatamente notó algo extraño: silencio. No había ruidos. No estaba la chillona voz de pito de su hermano menor gritando por toda la casa como cada domingo por la mañana, no estaba encendida la televisión, nada de música en la pieza de su hermano mayor, ni los martillazos en el taller de su papá... Algo no andaba bien. Se levantó y abrió la puerta de su pieza y bajó las escaleras. La casa estaba vacía, sin gente. Si no fuera por los muebles, se diría que nadie más que ella vivía en esa casa. La cocina estaba impecablemente limpia, el living demasiado ordenado para su gusto, no había juguetes tirados en el piso... Comenzó a recorrer la casa. El dormitorio de sus padres estaba en orden, la ropa en el lugar de siempre... Los dormitorios de sus hermanos estaban irreconocibles: el de su hermano menor no tenía juguetes y en el de su hermano mayor no estaba el computador ni la bicicleta, dos de sus preciados tesoros.

No quiso seguir recorriendo la casa, así que fue a su pieza, tomó su celular y marcó el número de su mamá: el número que usted ha marcado, no existe. Probó nuevamente y el mismo mensaje. Marcó el número de su padre y su hermano mayor y salía el mismo mensaje. Decidió llamar a Fernanda para contarle lo sucedido... Cada uno de los números que marcaba, amigos, familiares, policía, emergencias en general, le devolvía el mismo mensaje: el número que usted ha marcado, no existe. Así que decidió salir de la casa para preguntar a sus vecinos, era evidente que su celular había fallado.

Cuando salió a la calle, supo de inmediato que no se trataba de una falla en su celular.

4 comentarios:

  1. Se me ocurre que el cuento podría transcurrir en un país que cayo en la anarquía (podría ser chilito en un par de años mas o menos). De ahí que ya no hay servicios como teléfono, ni nada, y cada cual tiene que salvar su propio pellejo. Y la protagonista busca a su familia mientras se entera como llego a ocurrir eso.

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  2. Me tinca que puede seguir algo parecido a silent hill...no sé pos...que la niña se de cuenta que tampoco hay gente en las calles y que a la vuelta de cualquier esquina algo aterrador la persiga...

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  3. Hay que cambiar al mundo. Nunca conformarse con lo que hay. Los conformistas son ovejas, hoy y siempre. Saludos

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  4. Le pusiste muchos elementos, es difícil continuarlo. Existe señal de telefonía celular, así que no puedes tirarla al pasado; desparecen cosas de la familia y pese a ello está todo limpio. ¿Qué opción plantearía? Un salto a una dimensión paralela en que nadie existe como tal y su familia no lo es.

    Saludos sangrientos

    Blood

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